El Ayuno Intermitente durante la época Victoriana…

No hay nada nuevo debajo del cielo…

Habiendo puesto un artículo que habla acerca de diversos mitos que existen sobre el ayuno intermitente en otro post. (Lo puedes leer aquí) y debido a que actualmente sufro una especie de parálisis por análisis (hay tantos temas importantes nutricionales y de entrenamiento de los cuales escribir y muy poco tiempo) se me ocurrió poner esto que me encontré en la red que me puso a pensar…

El protocolo del Ayuno Intermitente recientemente ha ganado muchos adeptos y ha demostrado ser un método efectivo para perder grasa, ganar músculo y simplemente obsesionarse menos con la comida, además de algunos que muestran que puede prolongar la expectativa de vida, entre otros efectos positivos dentro de la salud, pero ¿de verdad el ayuno intermitente es algo novedoso?

Navegando por la red me encontré con este libro llamado:

“Fasting, Hydropathy and Excercise: Nature's Wonderful Remedies for the Cure of All Chronic and Acute Diseases.” de Bernarr MacFadden. (Lo pueden leer gratis en ingles dando click aquí)

Este libro fue publicado en el año 1900 y precisamente habla acerca de la teoría del ayuno intermitente y como este proporciona una mayor salud al hombre, en específico presenta el caso de uno de los autores que decidió ayunar durante 7 días:

A continuación voy a presentar una traducción hecha por mí acerca de las anotaciones del autor y algunas fotos acerca del experimento:

Durante los últimos 15 años he ayunado frecuentemente como una cura natural para aquellas afecciones que atacan incluso en esta época de dietas civilizadas, o más bien incivilizadas.
Hasta este experimento nunca ayune por más de cuatro días al hilo, e incluso en aquellos días, siempre comía una manzana o algo ligero durante el día, así que antes de este experimento nunca ayune completamente.

Frecuentemente he hablado de los beneficios del ayuno en la revista “PHYSICAL CULTURE.” Así que me determiné a probar los efectos de un ayuno absoluto durante 7 días en cuanto a mis niveles de fuerza y peso corporal. Durante este periodo no consumí ninguna clase de nutrientes, aunque bebí agua pura a voluntad.

Durante el primer día del ayuno perdí alrededor de cinco libras, a los siguientes dos días dos libras y así, la perdida de peso fue disminuyendo hasta que el séptimo día perdí poco menos de una libra. En total, durante los siete días perdí quince libras de peso corporal.

Mi gran perdida de peso se debió al ejercicio riguroso que realice diariamente.

Cada día caminé alrededor de diez millas, y tan sorprendente como pueda parecer, solamente me sentí debilitado durante el segundo día del ayuno en comparación al resto del tiempo.

Durante algún tiempo al levantarme violentamente de los asientos me sentía un poco mareado, pero esto desapareció rápidamente.

El Autor antes y después del experimento, se puede apreciar la perdida de grasa del rostro y de la parte superior del cuerpo.

Los primeros cuatro días fueron los más incómodos. Aunque no tenia hambre de ninguna forma particular, me sentía debilitado a excepción de los momentos después de ejercitarme, cuando me sentía fuerte y enérgico.

Atendí todos mis asuntos cotidianos con la misma regularidad durante el ayuno. Mi mente parecía especialmente despejada y el trabajo mental requería de hecho menos esfuerzo a comparación de cuando comía regularmente.

Durante algunos momentos tuve dificultades en conciliar el sueño debido a que la sensación de hambre proveniente de mi estomago no parecía cesar, en estos casos el beber grandes cantidades de agua era de gran ventaja y fue de mucha asistencia para ayudarme a dormir.

El sexto y séptimo día de ayuno fueron por mucho los mas cómodos. En ese momento sentía como si no me costara seguir ayunando durante otras tres o cuatro semanas, pero el objeto del experimento había concluido y yo no estaba para nada ansioso de continuar.

La forma más importante de aminorar la sensación de hambre durante el ayuno es mantener la mente ocupada, para que así uno no este constantemente pensando en alimentarse.

Pero la cuestión mas sorprendente del ayuno fue la fuerza que poseía durante el séptimo día. Las personas se pueden imaginar que uno se vuelve débil después de saltarse una comida, incluso el dejar de comer durante un día entero, supuestamente debilita al cuerpo totalmente. Nunca ha habido un error más grande.

Cuando finalmente llego el séptimo día, aunque debo de confesar que la semana se me hizo particularmente larga. Visité el gimnasio después de una corta caminata para dar instrucciones de que la mancuerna de cincuenta libras fuera enviada a ala galería del fotógrafo. Al llegar ahí me sentí tan fuerte, que pensé en intentar levantar una mancuerna mas pesada.

Levanté sin ninguna dificultad la mancuerna de cincuenta libras, luego la de sesenta, setenta y cinco, ochenta, todas ellas con resultados similares, de inmediato deje instrucciones de enviar la mancuerna de cien libras a la galería.

Sé muy bien que mis lectores estarán sorprendidos por estas hazañas realizadas después de este ayuno tan largo, créanme que nadie puede estar tan sorprendido como yo, realmente quedé impresionado de la fuerza que tenia después de ayunar durante un periodo tan prolongado.



El autor alzando una mancuerna de cien libras.

La hazaña de levantar por encima de mí a un hombre de 200 libras no fue una tarea fácil, como cualquiera que puede recordar mis escritos yo jamás he recomendado el usar pesos pesados regularmente durante el entrenamiento y habían pasado dos años desde la ultima vez que había intentado levantar una mancuerna de cien libras .
Diferentes poses del autor antes y después del experimento.

Una lección es demostrada con toda claridad como resultado de este experimento. La gente de hecho se esta llenando la boca mientras se dirige a la tumba. Noventa y nueve de cada cien personas resta años de sus vidas al llenarse el estomago. Ellos comen, no para nutrir el cuerpo, sino solamente por el placer de comer sin cesar. Esto solo hace que el cuerpo y la mente se debiliten al sobre esforzar al sistema digestivo al hacerlo digerir cantidades excesivas de comida.

Todo mundo se beneficiaria de realizar un ayuno como este, obviamente no le recomiendo a nadie acostumbrado a ingerir tres alimentos diarios que inicie súbitamente con un régimen de este tipo, el desgaste tanto físico mental que resultaría de un cambio tan drástico solo provocaría que a la terminación del ayuno se consumieran cantidades excesivas de comida de Nuevo. Este error lo único que haría, seria anular prácticamente todos los beneficios del ayuno.

Sin duda alguna, es mucho mejor iniciar el habito del ayuno, saltándose una comida o tal vez durante solamente un día a la vez. El resultado le dará la confianza en los resultados de esta practica, para así con el tiempo integrarla durante el resto de su vida.

Después de leer la experiencia del autor hace más de cien años, quedan muchas dudas, obviamente el “experimento” de la época no prueba absolutamente nada en la actualidad debido a que no se contaban con las herramientas de medición y protocolos que existen actualmente, el experimento queda reducido a una simple historia anecdótica. Sin embargo las siguientes dudas surgen en mi mente:

Sabemos que el cortisol aumenta significativamente durante un ayuno de 5 días (1). Sin embargo ¿Qué tan profundo es el efecto del cortisol dentro del desempeño atlético? ¿De verdad es tan malo el cortisol elevado durante algunos días?

¿A que se debió su aumento de fuerza después del ayuno? Anecdóticamente puedo decir que cuando entreno en ayunas me siento mas enfocado y tiendo a desempeñarme mejor que cuando como antes del entrenamiento. Pero ¿A que se debe esto? ¿Podría estar relacionado con el aumento cognitivo que se ve en animales durante periodos de ingesta calórica reducida? (2, 3)

¿De verdad es tan “esencial” el preocuparse tanto por la nutrición pre, post, y peri durante el entrenamiento para un sujeto que no es un atleta o que no entrena múltiples veces al día?

Finalmente pues esto es solo algo que me hizo pensar un poco y que se me ocurrió compartir con ustedes, al final no recomiendo que todos debamos de ayunar todo el tiempo, creo que eso más bien debe de ser una cuestión personal, sin embargo creo que cualquier cosa que te haga cuestionar tus creencias y salir de tu zona de confort es algo bienvenido y siempre hay que acercarse a las cosas con algo de sospecha, pero con una mente abierta.

Eso es todo por ahora

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FELICES FIESTAS….






1.- http://jcem.endojournals.org/cgi/content/abstract/68/6/1013
2.- Jackson, B. (1944) Activity and Nutritional Deprivation Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 30:255-263
3.- http://www.sciencedaily.com/releases/2009/12/091206184138.htm

2 Comentarios

  1. ¿Y cómo se concilian el ayuno y el levantamiento de pesas en el transcurso de una semana? Me pregunto eso porque quisiera ayunar pero también quisiera entrenar, o por lo menos saber si podré hacer ejercicio cardiovascular (y es inevitable que me pregunte lo que todos se preguntarán, si hacer ejercicio en ayunas reducirá o no los músculos).

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    1. ->Depende mucho de la intensidad de los ejercicios. Por ejemplo, los físico-culturistas llevan años haciendo cardio en ayunas, pero la recomendación es mantener la intensidad de esas sesiones relativamente baja.
      ->Hacer pesas en ayunas no lo recomendaría bajo ninguna circunstancia, por la naturaleza de la actividad es imposible no entrar en un estado poco optimo para la conservación de la masa.
      ->También va a depender mucho del tipo de entrenamiento, sesiones con pocas repeticiones y amplio descanso no van a necesitar la misma cantidad de carbos, previos a la sesión ni van a generar el mismo desgaste, en esos casos un batido de proteína con algo de azúcares durante el entrenamiento va a ser suficiente para prevenir la pérdida de masa con pocas calorías.

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